sábado, 10 de diciembre de 2011

Los colegios, la educación y las mentiras

Cuanto más me acuerdo de mi abuela Ester, más me deprime lo que hago en el colegio. He intentado convencerme a mí misma y a todos los que han trabajado conmigo durante años que el objetivo de los colegios era la educación y no la formación. Mentira: mi abuela me educaba, en el colegio les enseño a leer y escribir.
Es importante que los futuros maestros sepan la importancia de lo que tienen en sus manos. Es importante que, como buenas personas, más que como maestros, esperen el desarrollo completo de las capacidades humanas, porque eso es la educación. Pero es importante que lo esperen tanto de ellos mismos como de sus alumnos. También es importante que se formen bien en psicología, para reconocer las características técnicas de aquellos a quienes van a intentar enseñar.
Pero, por favor, vamos a dejar de engañarnos. En el colegio no se educa, se enseña. Se enseñan algunas cosas que, en el futuro, las personas utilizan como medio para su educación. Por ejemplo, la lectura.
No veo ningún problema en aceptar que en el recinto escolar tiene lugar una formación y no una educación, pero que acudir a él de alguna manera facilitará la educación más tarde.
Lo que sí upone un problema y es aquí donde creo que debería de producirse un cambio, es que la manera en la que está organizado el contexto escolar es en sí antieducativa, aunque en dicho contexto se enseñen cosas que son importantes para el desarrollo de la educación. No es verdad que en el colegi se educa, los maestros no pueden preocuparse por el desarrollo completo de sus alumnos, sino por enseñarles a leer, a escribir y a contar. Más recientemente, dada la velocidad a la que avanza nuestro mundo globalizado, además,enseñarán a hablar otros idiomas, a manejar la informática y si al niño le aguanta el cuerpo, a tocar violín y a cantar. Un par de ratos a la semana educación física, por aquello del qué dirán... y si llueve, no salimos. Los niños, vamos a ser honestos, van al colegio para aprender todas estas cosas y los meten, como a cabras, de 30 en 30 en cuatro paredes donde, desde el que entran hasta que salen reciben el mensaje de que aprender esas cosas es el objetivo por el cual están allí metidos, y competir entre sus compañeros, con lo que tiene que estar al mimo nivel, con el estrés que eso conlleva.
Análisis de calidad de un sistema educativo: entre otros, la equidad, y el el grupo de 30 meten a un síndrome de down para que tenga IGUALDAD DE OPORTUNIDADES de entrar, físicamente, en ese centro. Voilá! La equidad es requisito de calidad de educativa, así que abramos las puertas y demos a todos la oportunidad de ENTRAR. Aunque el objetivo de lo que se cuece allí dentro no importe un carajo, ¡abramos las puertas! Por lo menos, si no van ni siquiera a enseñar, que no hagan a la gente perder su tiempo.
Los maestros no tienen tiempo de hablar de cosas importantes de la vida porque tienen que enseñar, cuanto más y más rápido mejor.
Si analizáramos con detalle la educación de los miembros de una sociedad, la satisfacción con su propia vida y el desarrollo de todas sus capacidades y nos preocupáramos de hacer una crítica honesta del sistema escolar y de todas las prácticas que en ellos ocurren, con el objetivo de encontrar y eliminar aquellas que impiden o van en contra de la satisfacción personal, en todos los niveles, quizá podríamos dar un paso adelante.
Yo les digo todos los días a mis niños que no mientan, aunque soy la primera que me he mentido a mí misma, pero ya no puedo más.
Yo no educo, enseño, y quiero salir pitando de los colegios.
Me jubilo.
Prefiero educar.

1 comentario:

  1. Buenas, Ada.
    Interesante reflexión; estoy dándole vueltas a la cabeza, pero no sé qué decir. Jo.

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