sábado, 31 de octubre de 2009

Noticias varias



La casa: enorme, con 3 compañeros, dos estudiantes de medicina, uno que no habla y otro que sí, y una camarera. Está en el sur pero más o menos céntrica. Y puedo utilizar la bici de la chica para ir a todos los lados ¡¡¡yujuuuu!!!
Trabajos:
1) hoy he tenido una entrevista en un gimnasio y dice que me llamarán para suplencias y que a lo mejor meten una clase nueva de flamenco los sábados, que ya me llamaría.
2) la entrevista para el colegio la tengo el lunes.
3) ayer llamé a mi jefe el de los globos y dice que hay un montón de trabajo y hemos quedado para hablar por el skype, pero todavía no tengo noticias
Amigos: la gente que conocía...sigue estando, pero de otoño. Se nota que ya no es verano y que tienen sus trabajos y sus cosas que hacer. En fín, como me debería de estar pasando a mí, vamos.
La ciudad: está preciosa.
En cuanto tenga fotos las cuelgo.

viernes, 30 de octubre de 2009

Welcome to Philly

Pues ya estoy de vuelta otra vez...
Me recibió el azafato con la frase de rigor: "I love your hair!"...y ya supe que la ciudad me volvía a recibir como antes.
Los compañeros de piso parecen muy simpáticos y la casa está muy bien. Es enorme y limpita.
Pero os la váis a tener que imaginar, porque me he dejado el cargador de la cámara en casa.
Un poco triste, por otra parte, porque no pude llamar a mi madre para decirle que había llegado y tampoco puedo contarle todo lo demás. Esto es un duelo, y lo tengo que pasar antes o después.
¡Os echo de menos!

lunes, 26 de octubre de 2009

What would you attempt to do if you knew you could not fail?


Hoy he quedado con mi compañera de planes y hemos llegado a la siguiente conclusión: que ¡nada de hacer los planes en función del miedo que tenemos a que no salgan bien! Lo que hay que hacer es tener claro lo que uno quiere y vivir tranquilos: porque eso, y no otra cosa, es lo que va a ocurrir.
¡Gracias Laurin!

jueves, 22 de octubre de 2009

Se acabó

Pues mañana me voy.
Hemos acabado de recoger todo y me parece mentira.
A partir de ahora, solita.
Conclusiones.
Una, me despidieron las marus sesentonas del gimnasio con una cara de compungidas que ¡me hizo una ilusión! Si mi madre me oyera se reiría de esto, pero no quiero más follón, más ruido, mas gente, más trato impersonal, más capital. No quiero más Madrid, no quiero más Londres y no sé cuánto más quiero viajar (MUY FUERTE).
Dos. Hoy le he dicho a mi sobri: "Luna, ¿sabes que me voy a Philadelphia de viaje?" y me ha contestado "Me da igual, no quiero que te vayas". Jo...¿quiero yo?
Tres, se acabó. Hoy, de todos los días, es el que me siento peor. Me siento vacía, me siento sóla, y siento que de pronto ha desaparecido ese lugar donde siempre podía ser yo. Todas las cosas que en él estaban, todos mis recuerdos y cosas con las que me he hecho mayor.
Qué miedo.
Bueno, yo voy a pensar que me espera lo mejor.

viernes, 16 de octubre de 2009

La sueca


Rubitos, ojos azules, una piel de escándalo...¿genética? ¡mentira! El secreto está en la actitud.
Hoy me he dado cuenta. (Puede que sea una queja egoista...lo es. Pero es una queja: porque me duele).
Es un librajo, un diccionario, ¿a quién le importa? ¡A mí, que era mío! Ni siquiera me has quitado una página. Ya, ya lo sé, sólo es una palabra. Y es puro capricho, porque me sé el signigicado perfectamente. Pero ¡era mía! (INCONDICIONAL) Y de pronto te miro, y veo que la llevas en la mano y haces mutis por el foro.
¿Y yo?(...tengo esa ilusión, no me la quitéis. Unos se ponen a dieta, otros, que pueden, acuden a la estética).
Yo me hago la sueca.

jueves, 15 de octubre de 2009

Puro capitalismo


Estoy en el coche (todos lo estamos).
Y siempre tengo la opcion ¿marcha atrás o marcha alante?
¿Yo? ¡qué coño! ¡yo, como los de Alicante!
¿Dónde terminaré? ¿a quién conoceré? ¿en qué trabajaré? ¡me enamoraré!

Hoy llueve.
He abierto de par en par las ventanas para que entre el olor.
No hay duda.
(...)
Me gusta conducir.

lunes, 12 de octubre de 2009

Oxitocinas


-Buenos días, cariño.
-Buenos días.
-¿A qué hora vienen?
-Sobre las 6 ya estarán todos.
-Es mejor que vayamos para allá.
El resto de su familia había cogido el torrente sanguíneo de las 5 hacia el útero (la mayoría desde la hipófisis) para para estar con sus allegados en el alumbramiento: ese odioso ritual.
Y allí se dirigían ellas dos. Tristes. Desoladas. Dos hormonas de clase media.

No es que lo suyo fuera particularmente un caso de mala suerte. Había vivido 8 meses: una edad normal para irse. Ley de vida. (Todos sabemos, por información genética, que esto no siempre es así. Hay otros que tienen la suerte de disfrutar de ellos más tiempo, 4 ó 5 semanas más. También es verdad que en estos casos ya está enorme y no hay quien lo aguante. Otros, sin embargo, lo pierden, desafortunadamente, a los 3. ¡O incluso al mes!)
-Eso es una putada. Eso sí es una putada, lo nuestro no- le decía una a la otra.

-Hay quien se lo toma mejor y hay quien se lo toma peor.
-Yo creo que depende de lo que pienses que viene después. Si crees que hay algo después de irte. ¡Bah! Todo son creencias. Ningún feto ha vuelto para contárnoslo. Yo pienso que cuando te vas, se acabó. Eso de que te vas a otra dimensión, que el feto se lleva parte de nuestra información genética, que es posible que contacte con nosotros a través de la lactancia...hay mucho negocio en esto, y mucho caradura. Yo creo que una vez que te vas, se terminó, no hay nada.

-No sé cariño, a mi lo que realmente me parece terrible es la manera que tenemos de decirle adiós: todas las oxitocinas reunidas, provocando contracciones, ¡como si no fuera suficiente con el dolor de la pérdida! Y tener que estar delante hasta que se va...
-Pero tú sola no podrías hacer frente al dolor. Ellas están allí para apoyarte. Somos hormonas sociales, cariño. Nos necesitamos las unas a las otras.

De pronto se distendió el cérvix uterino y empezaron a llegar. En señal de pésame entre todas comenzaron a producir contracciones, cada vez más frecuentes e intensas.
Como habían contratado expulsión, transportaron el feto desde el útero hasta el exterior, y todas asistieron al alumbramiento...hasta que lo dejaron de ver para siempre.

Las dos oxitocinas volvieron a casa. Parece mentira cómo al montar en el torrente sanguíneo ves a los glóbulos rojos, los blancos y al resto como si tal cosa, como si nada hubiera pasado: la vida continúa.

Al llegar a casa, cenaron y pusieron el neurotransmisor un rato antes de acostarse.
-Los últimos estudios sobre mortalidad anuncian que la esperanza de vida para la población fetal se sitúa del peor, al mejor caso, de 3 a 9 meses...

martes, 6 de octubre de 2009

El negocio familiar


Es hora de desmantelarlo todo.
Era una mentira a gritos, pero habrá quien ni se lo imaginaba... ¿cómo, si no, iba a haber sobrevivido?
Mi madre tenía una negocio clandestino: una fábrica. De risas.
Trabajó religiosamente todos los días de su vida de sol a sol y explotó a mucha gente. Ji-ji, ja-ja, todos los días cuando ella estaba delante. Y daba igual que estuvieras enfermo o deprimido, arruinado o recién separado, ocioso u ocupado. Ella nos explotó.
La mayor parte de los trabajadores eran niños. Mi madre no era tonta, no. Esas boquitas no podían hacer unos ji-ji, ja-ja mejor elaborados. A los menores de 3 les ponía a buscar hormigueros, a los de 5 los encerraba en el jardín encantado y de 8 en adelante tansportaban colchones a la planta de arriba y se deslizaban por las escaleras. Y vuelta a empezar. Y ji-ji, ja-ja. Sin parar. Allí no había descansos.
Por las noches trabajaban adultos. Inmigrantes, la mayoría...y a echar cables sin parar. Y a ji-ji, ja-ja.
Hasta que vino sanidad y le cerraron la fábrica para disgusto de todos, después de una inspección.
Pero el último día (si no me equivoco) abrió sin permiso de nuevo ¡y se rió en su cara!, la tía (Nena...). Y allí nos puso a todos otra vez a trabajar, y ji-ji, ja-ja.
Pero es más, es que entraron los inspectores y a la pregunta de,
-Y a vosotros, ¿qué tal os va?
inmediatamente, y sin que se dieran cuenta, tambien les puso a currar.
Y ahora, ¿qué hacemos con el negocio, mamá?
Pues... ¿sabes qué te digo?
Que me lo voy a quedar. Y que todo tu trabajo lo voy a aprovechar.
Ya me cuidaré yo de que no me pongan ninguna queja los de sanidad...aunque esos diablos por mucho que pongas de tu parte, siempre te pillan en algún renuncio.
¡Pero esto no se va a cerrar!
Y a ji-ji, ja-ja.

lunes, 5 de octubre de 2009

Becker, permíteme

XVII
Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma el sol,
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...,
¡hoy creo en cigró!

A falta de costumbre


Cuando apareció el amiguito, rabié.
Tardé un tiempo, pero me acostumbré.
Entonces vino su acompañante. Pateleé.
Pero, ¡qué le vamos a hacer!, y continué.

Hace dos meses,
cuando vino el resto,
ya daba por supuesto
que esto se acabó.

Y lejos de terminarse,
hoy, en unas horas, en un instante,
he vuelto a entender
que de nuevo hay que acostumbrarse.

Me acostumbraré a tardar siempre una eternidad ,
para que me esperen con ilusión y me abracen al llegar.
Me acostumbraré a no enfadarme, ni hablar mal, para que me sigan queriendo igual.
Me acostumbraré a esforzarme mucho, a conseguir algo espectacular,
para que celebren con emoción mi gran logro personal.
Ya, las pequeñeces, han pasado a un segundo lugar.
Me acostumbraré a tener dos cuentas.
Y de una sacaré dinero sin mirar,
¿o con esta cara de asco nos vamos a quedar?
Me acostumbraré a exagerar mis dolores,
para que nadie dude
que en ningún caso debo ir a trabajar.
Me acostumbraré a ser yo misma
y a quererme como tal.
Y a mis hermanos por igual.

Ay, madre...
¿me acostumbraré?
¿me acostumbraré?
...me va a costar.

domingo, 4 de octubre de 2009

Todo sobre mi gato


Todo ha cambiado hoy.
No quiero achacarlo al hecho de que se haya colado un gato en casa, gordito, muy guapo. Pero, desde que le he visto subir por las escaleras, he empezado a pensar que aquí había gato encerrado.

Para empezar, hoy mi madre ha dejado de hablar. ¿Se le habrá comido la lengua el gato o es que ya no tiene nada más que decir?
Nosotros, que sí lo tenemos, hemos estado hablando durante la comida sobre lo absurdos que son los funerales y la odiosa costumbre mediterránea de dramatizar la muerte.
¡Ya está- he pensado- lo que pasa es que nos han dado gato por liebre! Y en vez de un ritual, lo que estamos es haciéndole el negocio al de la fábrica de ataúdes.

Más tarde, mientras le daba la cena, he vuelto a pensar sobre los que sí que podemos hablar... y sobre el gato.
¿Qué hacemos con las palabras todos los demás? Malgastarlas para llevarnos como el perro y el gato.

Por fín, cuando ha terminado, le he lavado los dientes y, al darle el elixir, ¡se lo ha tragado pensando que era una pastilla!...Da igual mamá,a cualquiera le puede pasar. De noche, todos los gatos son pardos.

¿Y qué le pasó a tu madre?- me preguntarán.
-Sufría pasión por vivir, aguda. la pobre... le gustaba tanto que buscó siempre la manera de reirse más, de querer más, de sacar más partido a todos los momentos. Buscó a las mejores personas y de las peores bichas encontró lo mejor. Cada día que se levantó, buscó lo esencial de la vida y lo cuidó.
-¿Pero, entonces, no fue cáncer?
-¿Cáncer? No, no. Fue curiosidad. La curiosidad mató al gato.

sábado, 3 de octubre de 2009

La urba de mi madre y orden del día


Por las mañanas me preparo un café y me lo tomo en la terraza viendo el peñón de Calpe y el mar.
Después, me leo los artículos del doctorado y completo dos documentos, uno que los resume y otro donde anoto la próxima bibliografía. A las dos semanas, pierdo todo el trabajo por no guardar los documentos. Porque, la vida, sin estas pequeñas putadas, sería como un jardín sin flores...
Por la tarde me voy a unas instalaciones deportivas nuevas y hago deporte de usuaria, deporte de relax. Sin pensar en la clase. Sin aguantar a los estresados venidos a más.
Madrid, lo siento. Te he desmitificado.
Nos has timado a todos con tus alquileres de precio absurdo.
Nos has robado el tiempo que perdemos en ir a trabajar.
Nos has quitado la calma.
Te lo perdono, porque me pareces muy guapa. Pero lo vamos a dejar por un tiempo.

Los placeres de la vida


Prepararle un café, hirviendo, como a ella le gusta.
Untarle las tostadas con mantequilla y mermelada, mojárselas en el café y dárselas poco a poco.
Poner música clásica y ver cómo la tararea al meterla en la bañera.
Ponerle la toalla por encima a todo correr cuando he cerrado el grifo y abrazarla para que no pase frío.
Levantarla de la silla con la técnica abrazo y si tengo suerte llevarme un beso.
Oir de su boca,
-¡qué bonito!
mientras mira al mar desde su cama, y pensar que todo esto ha merecido la pena.
Es posible disfrutar de todo en esta vida.
Y todos nos vamos a morir.