domingo, 4 de octubre de 2009

Todo sobre mi gato


Todo ha cambiado hoy.
No quiero achacarlo al hecho de que se haya colado un gato en casa, gordito, muy guapo. Pero, desde que le he visto subir por las escaleras, he empezado a pensar que aquí había gato encerrado.

Para empezar, hoy mi madre ha dejado de hablar. ¿Se le habrá comido la lengua el gato o es que ya no tiene nada más que decir?
Nosotros, que sí lo tenemos, hemos estado hablando durante la comida sobre lo absurdos que son los funerales y la odiosa costumbre mediterránea de dramatizar la muerte.
¡Ya está- he pensado- lo que pasa es que nos han dado gato por liebre! Y en vez de un ritual, lo que estamos es haciéndole el negocio al de la fábrica de ataúdes.

Más tarde, mientras le daba la cena, he vuelto a pensar sobre los que sí que podemos hablar... y sobre el gato.
¿Qué hacemos con las palabras todos los demás? Malgastarlas para llevarnos como el perro y el gato.

Por fín, cuando ha terminado, le he lavado los dientes y, al darle el elixir, ¡se lo ha tragado pensando que era una pastilla!...Da igual mamá,a cualquiera le puede pasar. De noche, todos los gatos son pardos.

¿Y qué le pasó a tu madre?- me preguntarán.
-Sufría pasión por vivir, aguda. la pobre... le gustaba tanto que buscó siempre la manera de reirse más, de querer más, de sacar más partido a todos los momentos. Buscó a las mejores personas y de las peores bichas encontró lo mejor. Cada día que se levantó, buscó lo esencial de la vida y lo cuidó.
-¿Pero, entonces, no fue cáncer?
-¿Cáncer? No, no. Fue curiosidad. La curiosidad mató al gato.

2 comentarios:

  1. no puede ser que cada vez que te lea, se me escape una timida lagrima junto con una medio sonrisa....bueno, si puede ser, porque es; y te lo agradezco....cual gato desconcertado

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  2. ay Eva... me alegro de que estés aquí, aunque estés allí. Un beso enorrmeee y disfrutaló como gato panza arriba!

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