Fujairah: primeras impresiones

Después de la apoteósica despedida de las Aluchenses el día 1 en el bar Rivadas, con el Que viva España cuando salía por la puerta...con mi hermana en el aeropuerto y el dilema de rigor, ¿me voy o no me voy?...
LLego a Dubai.
Allí no había por ningún lado nadie con un cartel de Ms Ada Francoy, así que llamo al taxista.
Me da tiempo a tomarme un café, lavarme los dientes, mirar a las Batuecas de Middle East y de pronto aparece Mahi, el taxista, que se monta conmigo en otro taxi de los del aeropuerto, porque me cuenta que su coche se ha roto.
-Bueno- pienso- parece que no me van a raptar.
Todo bastante occidental. ¡Ni un burka! El inglés a la orden del día. Y los dos taxistas, indios.
Mucho camión, mucho edificio en construcción y por fin, despues de una hora de viaje- de vez en cuando el desierto- las montañas de Fujairah.
-Ahí está el colegio- señanla Mahi.
-No, no me raptan...
He llegado a casa y me he echado una mini siesta hasta que la directora del departamento ha venido a buscarme, ¡majísima!
Me ha explicado todo, me ha llevado al colegio, me ha presentado a la directora, me ha enseñado mi casa (de momento estoy en un piso hasta que la limpien), me ha llevado al super a hacer un poco de compra.
Lo bueno: un cambio radical, toda una experiencia, un colegio donde se trabaja con libertad- parece- y con gente maja, puedo aprender árabe y buen tiempo.
Lo malo: nadie va en bici, hay que ir a todos los sitios en taxi, la clase está muy desordenada y no está la gente que quiero...¡claro!
¡¡¡un besoooo!!!