En el cole, en la hora de birmano, cocinamos con los niños un postre típico de aquí que se hace con harina de arroz y dentro se pone una resina dulce, que sabe a caramelo, que sacan de las palmeras y luego se hierve y se toma con coco rallado (por su puesto los cocos del jardín del cole).
Al llegar a casa me encontré con el vecino del 3º, que cada vez que se cruza conmigo y viene del mercado me regala un poco de fruta. Me dijo que si quería ir a tomar un café... me llevó a una cafetería y me invitó a un bizcocho y como dije que "qué rico", por educación, me compró 4 para que me los llevara a casa.
Por la tarde me fui a correr, y como soy un poco patosa pues me caí y se me puso la rodilla como un barril. Por la noche vino Khan…
Primero aparece por la puerta con un buda, como el otro me lo llevé a a España, pues para que tuviera un Buda en casa. Luego me hizo un mejunje de jengibre y no sé qué especia y me lo ató a la rodilla con el trapo de cocina y tan re-bien.
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