Lo que más me gusta de Philadelphia, lo que más, lo que más... es leer en sus cafeterías. Es más, son ellas, y no el queso, lo mejor de esta ciudad. Cada vez que vengo aquí, quiero abrir una. Y no me extraña, es que son preciosas.
No tienen humo, cada taza es diferente, su bohemia decoración, ausencia de ruido, música agradable, ventanales enormes... ideales para estudiar: deberían dar fullbrights para doctorarse en las cafeterías de Philadelphia. ¡Eso!
Y lo argumento. ¿Por qué necesito yo una beca para estudiar en estas cafeterías? Porque mi doctorado es sobre cuentos de hadas y derechos humanos,y esta ciudad es de cuento- con sus ilustraciones y todo- y aquí comenzaron los derechos humanos así que... está claro.
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