Todo el mundo va tatuado con dibujos.
La ciudad está llena de murales.
En todas las cafeterías hay cuadros expuestos. Vale, en las cafeterías vale.
Pero en el gimnasio...¡en el gimnasio!
No he hecho una foto porque me daba palo pero era fantástica: la máquina para trabajar pectorales y al lado un cuadro con el precio...
Muy fuerte.
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