El camarero nos compró la ensalada por 15$, nos regaló una camiseta y nos invitó a una cerveza. Luego vino el chico con el que habíamos hecho la apuesta y nos invitó a otra. Al final, como Robin se fue a casa de su novio, el chico me acompañó a casa y resulta ¡que somos vecinos!.
Me presentó a sus compañeros de piso (vive con una chica de Marruecos simpatiquísima) y lo mejorde la noche: me presentó a su perro!!!
que buena pinta todo...
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